1. Definir correctamente los criptoactivos: El desarrollo de definiciones adecuadas y funcionales de los criptoactivos es un primer paso fundamental para garantizar la claridad de los requisitos reglamentarios aplicables a la tecnología. Dado que las nuevas tecnologías pueden desplegarse de muchas maneras diferentes, y que constantemente se desarrollan nuevos casos de uso, los criptoactivos deben definirse y regularse en función de la actividad o caso de uso subyacente. La adopción de definiciones adaptadas a actividades y casos de uso específicos equilibrará la necesidad de regular adecuadamente la actividad frente a los perjuicios que podrían derivarse de definiciones generales que regulen inadvertidamente otras actividades y casos de uso, fomentando al mismo tiempo la innovación en beneficio de los consumidores, las empresas y la economía.

2. Adaptar la regulación al perfil de riesgo del participante/actividad: Una regulación adecuada de los criptoactivos es clave para liberar su potencial y garantizar al mismo tiempo la seguridad y solidez del ecosistema de pagos. Las entidades que participan en criptoactivos deben estar sujetas a una regulación adaptada a los riesgos que ellas o la actividad en la que participan plantean al ecosistema de pagos. Una regulación adecuada de los criptoactivos debe tener en cuenta los posibles daños a los consumidores, así como los riesgos para la seguridad, la solidez y la estabilidad financiera.

3. Garantizar la protección del consumidor: La política pública que rige las criptoactivos debe incluir un marco de normas y reglas que salvaguarden adecuadamente la privacidad y la seguridad de cada transacción, protejan los intereses de los consumidores y les den confianza para utilizar la tecnología en transacciones en persona y en línea. Los responsables políticos también deben asegurarse de que los consumidores entienden esas protecciones y cómo pueden diferir de las ofrecidas por otros métodos de pago. La capacidad de identificar y reducir el fraude es fundamental y debe formar parte del marco regulador.

4. Armonización con los marcos reguladores existentes: La industria de pagos está fuertemente regulada, y la adopción de cualquier nueva ley o reglamento que regule los criptoactivos debe ser diseñado para encajar dentro de este marco regulatorio establecido y robusto. Este marco incluye leyes federales y estatales pertinentes a la lucha contra el lavado de dinero, sanciones económicas, y otros requisitos contra el fraude y la protección del consumidor. Las nuevas políticas públicas para los criptoactivos deben complementar, y no entrar en conflicto, con las leyes y reglamentos existentes, así como con las normas y prácticas del sector privado.

5. Fomentar la innovación responsable: La inversión continua en innovación está en el centro de las mejoras pasadas, presentes y futuras del ecosistema financiero. Nuestro sistema financiero se ha beneficiado enormemente del desarrollo de nuevas tecnologías y capacidades, que sirven para reforzar la ciberseguridad y la protección de los consumidores, aumentar la eficiencia y ampliar el acceso a los servicios financieros. Como tecnología, las criptoactivos tienen el potencial de impulsar muchos de estos avances y promover nuevas innovaciones y desarrollos. En consecuencia, cualquier regulación de las criptoactivos debe tener en cuenta la promesa de la tecnología de mejorar las capacidades existentes, al tiempo que sirve como catalizador y plataforma para la innovación continua.

Créditos a S Talbott