1. Sus secretos personales

Aunque esto es algo que muchos aprendemos a una edad temprana, no está de más recordar de vez en cuando que debemos tener cuidado con las personas a las que revelamos nuestros secretos personales. ¿Conoces realmente a esa persona? ¿Seguro que puedes confiar en ella para que guarde tus secretos y no los difunda para cotillear o los utilice en tu contra la próxima vez que os peleéis? Si no tienes cuidado en quién confías, podrías pasar mucha vergüenza, sufrir y romperte el corazón, así que más vale prevenir que curar y guardártelo para ti.

2. Secretos ajenos

Al igual que en el punto anterior, si alguien confía en ti lo suficiente como para contarte algo confidencialmente, no estaría bien que hicieras algo que rompiera su confianza o pusiera en peligro tu relación con él. Puede que no le haya resultado fácil compartirlo contigo, y darlo a conocer a otras personas sin su consentimiento podría ser muy molesto para esa persona. Imagina lo humillado y traicionado que te sentirías si alguien te hiciera eso. No se lo desearías a nadie, ¿verdad?

3. Sus problemas familiares

Otra cosa que es mejor que te guardes para ti son tus problemas familiares. Porque la verdad es que todo el mundo los tiene, pero nadie quiere oír hablar de ellos. De todos modos, los problemas entre tu familia y tú se quedan entre tu familia y tú. No sirve de nada involucrar a otras personas; ¡sólo provocará más problemas de los que merece la pena! Así que la próxima vez que alguien intente meter las narices en los asuntos de tu familia, simplemente desvía la conversación hacia otro tema o dile que prefieres mantenerlo en privado. Lo que nos lleva al siguiente punto.

4. Tus problemas de pareja

Al igual que los problemas familiares deben quedar dentro de la familia, es mejor mantener los problemas de pareja dentro de la relación. Si te quejas demasiado de tu pareja, sólo conseguirás que se vea con malos ojos, y aunque se te pase el enfado y la frustración, puede que los demás no sean tan indulgentes. Y podrían pensar que confiarles tus problemas sentimentales significa que tienen algo que decir en tu relación, y no es así.

5. Sus ingresos/situación financiera

Es una regla social tácita que se considera de mala educación hablar de dinero. Por mucho que ganes (o dejes de ganar), hablar de tu situación económica con otras personas puede provocarles envidia, incomodidad o lástima. Quejarse de no tener dinero o comparar lo que ganas con los demás nunca es una buena idea. Al fin y al cabo, no hay mucho que puedan hacer al respecto, así que ¿para qué? Es mejor que eso quede entre tú y tu cuenta bancaria.

6. Sus miedos y debilidades

Hablar de nuestros miedos y debilidades nos lleva a un lugar muy vulnerable, y es un lado de nosotros que no deberíamos mostrar a cualquiera. Algunas personas pueden tener dos caras y burlarse de ti a tus espaldas, mientras que otras pueden intentar manipularte y aprovecharse de ti cuando tienen la oportunidad. Y puede que otros no te entiendan o no empaticen contigo, lo que sólo hará que te sientas peor. Por eso, antes de contarle a nadie tus preocupaciones o tus errores pasados, tienes que estar completamente seguro de que es de fiar.

7. Sus sueños y objetivos

Por último, pero quizá lo más importante, probablemente sea mejor que te guardes para ti todos tus sueños y objetivos en la vida. Porque cuanta más gente los comparta contigo, menos motivado estarás. ¿Por qué? Porque la gente siempre tiene algo que decir, y si les invitas a la conversación, puede que intenten llenarte la mente de críticas, dudas y desanimarte, sobre todo si no pueden entender por qué quieres esto o aquello. Pero no te preocupes demasiado por eso, no les corresponde a ellos entenderlo. Tus sueños son tuyos y mereces alimentarlos con la tranquilidad que sólo la intimidad puede aportar.

Créditos a Chloe